Esta obra de Zurbarán (1598-1664) pertenece a la pintura barroca española. En esta obra aparece representado San Hugo visitando, como el propio título dice, el refectorio de los cartujos, una orden de frailes, que en esta época aparecen frecuentemente representados por la importancia de la Contrarreforma.
En este cuadro predomina la religiosidad tenebrista pero sobria a la vez. No hay grandilocuencia ni teatralidad. Los tonos que predominan son claros pero hay contrastes lumínicos que aportan misticismo a la obra.
Las figuras de los monjes gozan de monumentalidad y a su vez los personajes carecen de movimiento, son estáticas y sencillas.
Zurbarán pertenece junto con Velázquez y Alonso Cano a la escuela sevillana de la primera mitad del siglo XVII. Gracias a la influencia de Velázquez Zurbarán mejorará los efectos ambientales y hará más fluidas las figuras.
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