jueves, 9 de diciembre de 2010

PIEDAD RONDANINI

Hablar de escultura del Cinquecento es citar obligatoriamente a Miguel Ángel. De Florencia  a Roma  se trasladó todo el potencial escultórico  del Quattrocento. En la escultura de esta etapa va a imperar el idealismo  frente al realismo y prueba de ello es la escultura que aquí analizamos.
La Piedad Rondanini es una pieza que Miguel Ángel no acabó pero que comenzó los últimos años de su vida. En ella aparece la unión de madre e hijo que muestran el dolor de la soledad. Esta obra, a diferencia del resto de las piezas de Miguel Ángel, muestra una escena dolorosa pero con mayor intensidad al resto de obras que había realizado anteriormente. En esta obra a Miguel Ángel ya no le interesa la estética ni la belleza de la obra, sólo los sentimientos, el espíritu y el dolor. La Piedad Rondanini corresponde a la última etapa de la vida de Miguel Ángel en la el artista estaba ya delirante. La escultura de Miguel Ángel se caracteriza por el dominio prodigioso de la técnica escultórica, prueba de es el David, Moisés, La Piedad del Vaticano, etc. 
 A través del empleo de un gran tamaño sin respetar el canon da a las obras monumentalidad y grandiosidad. La fuerza física de sus esculturas, es otra de las características más llamativas, venas a punto de estallar, músculos tensos…  La vitalidad de sus personajes y la fuerza espiritual hace que sus personajes recuerden a los dioses. La  denominada terribilitá es una fuerza física y espiritual que juntas dan al personaje un efecto de ira y energía.  De la misma manera, las esculturas de Miguel Ángel  tienen inspiración clásica, son figuras serenas, equilibradas, proporcionadas.


 Esta imagen se encuentra bajo licencia.

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