Dentro del arte bizantino los mosaicos de Justiniano y Teodora son un pilar fundamental en la historia del arte. Están situados en la iglesia de San Vital de Rávena . Los personajes son hieráticos y tienen escasa corporeidad. Esta obra carece de perspectiva por lo que los personajes que aparecen en ella son planos, es decir carecen de profundidad.
En uno de los mosaicos, Justiniano es el que lo lidera con una vasija de oro. A su alrededor está custodiado por una serie de hombres pertenecientes a la jerarquía eclesiástica. Uno de ellos porta el escudo con un emblema del primer emperador cristiano de Roma, Constantino.
En el otro de los mosaicos la protagonista es la esposa de Justiniano, Teodora, que muestra en su cuerpo una gran riqueza con muchas joyas y con lujosas túnicas y cortinas que lleva su corte.
La gran cantidad y diversidad de pequeñas teselas hacen que la obra tenga una gran riqueza cromática. Los dos personajes que presiden los mosaicos visten atuendos de color oscuro para resaltar del resto.
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